martes, 5 de marzo de 2013

Requisitos de un buen profesor


Sigo viendo sitios interesantes para cumplir con los fines que me he marcado con mi blog. Veo a Eduard Punset en una mesa redonda promovida por una conocida institución educativa. Le da la palabra a un director de Instituto madrileño que responde al nombre de Juan José Nieto,  conocido en Twitter como @NietoJuanjo. Me meto en Twitter y veo a un seguidor mio, sensible a los temas educativos, Santiago García,  @garciguti . Veo que hace referencia a un artículo publicado por ABC, lo leo y me parecen interesantes las reflexiones que en el se recogen. Pues ahí va


Laura peraita

Día 28/02/2013 - 01.11h

¿Por qué hay profesores que captan más el interés de los alumnos por una asignatura y facilitan el aprendizaje?

El profesorado debe establecer una conexión emocional con los estudiantes, según Josep M. Marrasé

Al margen del intenso e interminable debate sobre el buen o mal funcionamiento de nuestro sistema educativo, lo cierto es que el profesor es el que entra cada día en el aula y mira de frente a sus alumnos para transmitirles una serie de conocimientos. No debería ponerse en duda que la formación y capacidad de estos profesionales es la adecuada. Pero, ¿por qué hay profesores que captan más la atención de los alumnos que otros y facilitan el aprendizaje?

Sin entrar en casos específicos —como que pudieran padecer ciertas patologías como el TDHA—, hay una cuestión muy obvia: una asignatura la hace o no interesante el profesor. «Lo mismo nos ocurre a los adultos en un auditorio, bostezaremos más o menos, según sea el ponente —asegura Josep Manel Marrasé, subdirector y profesor de matemáticas de la escuela Hamelin-Internacional Laie, y autor del libro «La alegría de educar—. El profesor que no domina una clase no es porque no se sepa bien la asignatura que imparte, sino porque no establece una conexión emocional con su alumnado». Matiza, aún así, que reconoce que un profesor que imparte clases a alumnos de familias de clase media-alta, tendrá menos dificultades que el que imparte su asignatura a hijos de familias desestructuradas o con dificultades económicas.

En su opinión, los docentes deben solucionar el problema anímico de los estudiantes, animarles a seguir adelante, a que se superen y, para ello, es necesario que descubran el talento de cada uno y saber guiarlo a través de las emociones. «Necesitan abrirles horizontes, despertar su ilusión y las ganas de saber. Si solo nos ceñimos a dar una materia, no funcionará. Por ello, el profesor debe mantener un equilibrio entre la parte técnica de la asignatura que imparte y la parte emocional».

Pero, ¿cómo lo puede conseguir?

Según este profesor hay una serie de consejos tan universales como urgentes:

Conocer al alumno de manera individual. Hacer que cada uno se sienta protagonista y que piense «yo para él soy importante», al margen de que sea más o menos, listo, vago, trabajador...

—Que se forme en psicología y lea mucho sobre estos temas.

—Que piense en sus alumnos y que se haga una fotografía clara de cada grupo. No es lo mismo impartir una asignatura en 4ºA que en 4ºB, cada clase tiene sus propias características, virtudes y dificultades. Debe adaptarse a cada grupo y conectar con ellos a través de las emociones.

—Preocuparse por el alumnado, no solo por impartirle unos contenidos, lo que supone tiempo y dedicación.

—Tiene que ser creativo y contar con material propio que se ajuste a la mentalidad de sus estudiantes.

Plantear retos constantemente para que los alumnos estén continuamente motivados.

Ser coherentes en aspectos tan básicos como que si se les exige puntualidad a los alumnos, el profesor no puede retrasarse al comenzar cada sesión.

—Y, por último, pero no menos importante, vertirlo todo de ética, porque los alumnos necesitan buenos ejemplos y modelos a seguir.

Según Josep Manel Marrasé, en las facultades de Magisterio se debería hacer mucho hincapié en la necesidad de que los profesionales de la docencia trabajen más las emociones y los aspectos anteriomente enumerados. «Con alumnos motivados, el aprendizaje es mucho más sencillo»."
 
A título  personal incluyo algunas reflexiones al hilo de este artículo:
  • Hay carreras universitarias para las que la enseñanza es casi la única salida laboral. Con ello quiero llamar la atención sobre la realidad de que hay profesores que no son vocacionales. A estos les cuesta motivar, ilusionar, captar la atención del alumnado......, porque son ellos los que necesitan motivación.
  • Un profesor necesita conocer los rudimentos básicos de la oratoria y la comunicación, además de conocimientos de didáctica.
  • Las clases hay que adaptarlas al nivel de los alumnos. Muchos alumnos sin comprender los contenidos, de forma habitual, es un foco de problemas.
  • Buscar actividades periódicas que acerquen los contenidos más abstractos a la realidad práctica conlleva un plus de motivación en el alumnado.
  • Las autoridades educativas deben facilitar el reciclaje continuo del profesorado en lo referente a contenidos, metodologías, etc. El profesor debe poner su granito de arena para entusiasmarse con lo que enseña

 

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